dimecres, 12 de setembre del 2012

EL DÍA DESPUÉS


EL DÍA DESPUÉS

Ayer, 11 de septiembre de 2012 tuvo lugar en Barcelona la más importante manifestación en la historia de Catalunya, alrededor de 1.500.000 de toda edad, origen y condición social marcharon juntos al grito de Independencia. Hoy, el día después y viendo las reacciones de los opinadores españoles y catalanes, los titulares y los artículos de la prensa, del gobierno de España del PP y la comparecencia oficial del President  Artur Mas, creo sinceramente que estamos en el primer día del largo camino hacia la secesión de Catalunya de España, en el marco de una Europa Unida. 

Lo único que podría evitarlo sería un giro copernicano del gobierno de Ragoy, accediendo al “pacto fiscal” como camino hacia el concierto económico y dando órdenes a sus adláteres de que cesasen en sus provocaciones y ataques a Catalunya, a los catalanes y a sus señas de identidad. 
También el PSOE, como principal partido de la oposición y principal responsable de las “laminaduras” que sufrió el Estatuto –y de las que tanto se ufanaba Alfonso Guerra-, considerado por muchos el último intento de encaje de Catalunya en una España plural.
Francamente no creo que ni el PP ni el PSOE tengan la amplitud de miras y la visión política necesaria para afrontar esta nueva realidad.

También pienso que una de la “victimas” de la manifestación de ayer, como daño colateral e inevitable es el fin del PSC. No ha sabido gestionar tampoco esta realidad, no ha sabido marcar perfil propio. Hoy los ciudadanía catalana no sabe a ciencia cierta que es lo que está defendiendo y no es ciertamente culpa del pobre Pere Navarro, el problema es de mucho más calado. Tiene que ver con su imposibilidad de articular un proyecto político específico y autónomo. Es absurdo defender una España federal cuando nadie, ni el propio PSOE la defienden. No es ni creíble, ni mucho menos factible.  Creo, por tanto, que este 12 de septiembre también se inicia el camino hacia el nacimiento de un nuevo partido socialista en Catalunya.














Os adjunto un artículo de Joan Subirats, publicado hoy en El País, que ahonda, de una manera mucho mejor que yo estos elementos.


Francesc Osan

¡Menudo lío!

Punto y aparte. La centralidad política catalana se ha visto desplazada hacia el independentismo. Este es el resumen de la manifestación más masiva que se recuerda en Cataluña. Ello es la consecuencia del gran desencanto que supuso el portazo al esforzado proceso de reforma del Estatuto. La evidencia de cómo el anticatalanismo era utilizado sin escrúpulos. La constatación que no hay voluntad política de arreglar el desaguisado que supone que la ordinalidad en la generación de riqueza no quede alterada tras las transferencias entre comunidades (como ocurre en Alemania). Y el gran cabreo general que genera la crisis y el cambio de época. La marea civil ha pasado por encima de los partidos políticos con una iniciativa que ha ilusionado a mucha gente, a pesar de que los tiempos no estén para mucho soberanismo. La manifestación presentaba una gran transversalidad social y territorial. Sin duda, no reflejaba a la sociedad catalana con toda su complejidad. Pero eso no puede restarle fuerza ni significación. En todo caso, supone un elemento más para un futuro lleno de interrogantes.
Los dos grandes partidos españoles no han atendido las repetidas señales que les iban llegando sobre cómo se quemaban etapas, y de lo que iba suponiendo la falta de reconocimiento tanto de la identidad nacional catalana, como de los graves desequilibrios en las balanzas fiscales. Rajoy hablaba anteayer de lío y de algarabía para referirse a lo que se avecinaba. No hizo nada para evitarlo, y ahora no le quedará más remedio que afrontar las consecuencias de su repetida indiferencia y hostilidad. El PSC, atrapado en su laberinto, insistía hace unos días en pedir al PSOE que “abrazara” la causa federal. Una causa en la que apenas ya nadie cree en Cataluña.
¿Y ahora qué? Me temo que ni el rescate ni el pacto fiscal sirvan para detener esa marea. Empieza una nueva y difícil etapa. Una etapa que otros países han abordado con más previsión y sensatez. En Quebec llevan ya dos referéndums y nadie se rasga las vestiduras cuando se insiste en el tema. En Escocia, una comisión del Parlamento británico y otra del escocés están discutiendo la pregunta que servirá para plantear el referéndum sobre la posible secesión. El marco europeo en el que se sitúa la reivindicación independentista catalana está clara. Nadie quiere hacer estropicios. Pero los interrogantes son muchos. Es evidente que entre los miles, miles y miles de manifestantes de ayer, la independencia se entendía como respuesta o solución a un sinfín de preguntas y de problemas de orden muy diverso. Y por tanto, en este sentido todo está por aclarar y discutir. ¿Quién capitalizará políticamente el innegable éxito de ayer? ¿Cómo se abordará el diálogo institucional con Madrid y Bruselas? ¿Cómo se combinará la transversalidad independentista con los dilemas ideológicos y de valores que se plantean en temas como trabajo, educación, sanidad o vivienda? ¿Qué modelo de país emergerá? ¿Quién gana y quién pierde con todo ello? Se me dirá en Cataluña, “ya veremos, pero no hay vuelta atrás”. Y en el resto de España, muchos pensarán, “¿pero de verdad ya estamos en ese escenario?” Mi impresión es que sí, pero quizás aún estoy aturdido por tanto lío y algarabía.




JOAN SUBIRATS

2 comentaris:

  1. Francesc, crec que es molt realista i honesta la teva opinió. I crec que te més mérit partint de tú, amb l' historia i traiectoria política que has tingut. El PSC ha perdut l'oportunitat d'estar amb del poble, perque no ha captat el seu sentiment i si ha seguit les directrius del PSOE estatal espanyol. El que hauriem de fer els que lluitem per la LLIBERTAT del nostre poble es estar al costat, sempre.
    Gràcies amic, company!
    MªLluïsa Tarrida

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  2. Dimarts una gran majoria de catalans i catalanes vàrem expressar el dret a decidir que volem ser de grans. Es un moment en que tothom tenim que començar a gestionar be aquest futur immediat.Els que ens sentim socialistes i creiem en aquesta Nació tenim que treballar amb seriositat i responsabilitat. Estic d' acord amb tu en que cal obrir espais nous que permetin pensar i treballar en quin model d' Estat volem.


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