Vuelvo
a casa después de un intenso día lleno de sentimientos encontrados. Ya no se lo
que es correcto ni lo que no. Hago lo contrario de lo que se supone que debo
hacer, mi mente me dice una cosa y mi corazón me susurra otra. Intento
convencerme de que lo mejor seria alejarme. Pero mi corazón, se parte siquiera
de pensarlo.
Noto
que me hierve la sangre cada vez que lo recuerdo, mi respiración se agita,
mi cuerpo tiembla. Me siento rabioso, y la rabia, es mala consejera. A
menudo me provoca el hacer cosas que no debería hacer, otras, logro
controlarme.
Voy
subiendo las escaleras de mi casa lentamente. Me voy despojando de mi
ropa y las voy dejando esparcidas por el suelo. No ha sido un buen
día. Si por lo menos la hubiera encontrado, habría luchado con ella, le habría
arrancado su podrido corazón..... y quizá me habría sentido mejor.
O
quizá no. Esta desazón que me devora el alma, solo se calma con sus
besos, sus caricias...su cuerpo. Pero no está, y no logro encontrarla. Voy
caminando hacia el baño y abro el grifo de la ducha. Me miro en el espejo y veo
mi reflejo, pero no soy el mismo. Ya nada volverá a ser como antes. No después
de haberla conocida, de haber probado sus labios, de haber probado su sabor....
ese sabor que tengo grabado en mi paladar. Me introduzco en la ducha y
noto caer el agua sobre mi piel. Pero incluso aquí invade mi pensamiento, no
logro apartarla de mi mente, o tal vez sea que no quiero. Si probablemente será
eso. Como olvidar su mirada, esa mirada que me hace arder, que me hace hervir
la sangre, sin tan siquiera tocarme.
Se lo que debo hacer ........ pero no
puedo. Ni quiero hacerlo.
F
me encanta......muy buena
ResponEliminaPreciosa!!!
ResponEliminaGracias por vuestros comentarios...besos
ResponElimina